Este blog es una pequeña ventana a paisajes, tal vez soñados, que nos invitan a iniciar o reemprender de nuevo un viaje a la naturaleza primigenia.

"Lo más pequeño es lo más grande"


Crear una imagen es algo más que apretar el disparador de una cámara, es mucho más que encontrarse en el momento oportuno y en el lugar adecuado, sobre todo cuando hablamos de fotografiar el paisaje. Si el paisaje es en realidad una construcción mental, un concepto cultural, entonces fotografiarlo requiere estudio y reflexión, además de saber mirar. Al tomar esta fotografía no me maravillaba el cielo denso y plomizo, tampoco esa atmósfera perfecta para el blanco y negro, ni siquiera la montaña seccionada por esa espada de nubes; lo que focalizaba mi atención era lo más diminuto en un paisaje inmenso, la roca del primer horizonte frente a la mole de la montaña y la violencia de un cielo irreal. Al iluminar ligeramente el fondo y resaltar su figura redonda, el punctum de esta fotografía se agiganta y equilibra el poder de la montaña mágica, un golpe sutil que derrota la potencia del cielo y fija nuestra mirada, finalmente, en lo más pequeño.

"Visión panorámica"


El formato panorámico compuesto por varias imágenes unidas mediante programas informáticos es un recurso que nos permitirá ampliaciones más grandes y con mejor detalle que las realizadas en un disparo único, siempre que se realice de forma correcta. Lo más recomendable es hacerlo mediante tomas verticales para optimizar la proporción del formato. Además es necesario un ejercicio de previsualización que nos permita tomar decisiones acertadas de composición. Finalizado el trabajo de edición y con la copia en la pared, será más fácil reconocer ese paisaje que tanto nos cautivó en la toma y que tantas veces nos defrauda cuando lo vemos en el ordenador. En esta ocasión un pequeño pino enterrado en la nieve llamó mi atención camino del valle de Otal.

"Pirámide"


Al deambular en la naturaleza las formas del paisaje atraen nuestra mirada y entre ellas la forma piramidal no deja a nadie indiferente. El trabajo en escala de grises me permite centrar la atención en las líneas y en el volumen, de tal manera que el sujeto principal adquiere una presencia más evidente que en una toma en color. El primer plano nos ayuda a crear la sensación de profundidad respecto a la montaña, y el cielo cargado de nubes potencia al sujeto principal, una gran pirámide ante la que el paseante-observador siente que debe mostrar respeto y admiración.